
La Fe Que Agrada a Dios
La fe no es una emoción. No es una idea religiosa ni una opción más entre muchas. La fe es el lenguaje del cielo, la atmósfera donde Dios se mueve, y el puente entre lo invisible y lo real. Todo lo que Dios ha hecho sobre la tierra, lo ha hecho a través de personas que se atrevieron a creerle. Y hoy, más que nunca, el cielo busca creyentes que caminen sobre promesas, no sobre posibilidades.
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Hebreos 11:6
1
La fe activa el poder de Dios
La fe no es una emoción. No es una idea religiosa ni una opción más entre muchas. La fe es el lenguaje del cielo, la atmósfera donde Dios se mueve, y el puente entre lo invisible y lo real.
Cuando la fe habla, el cielo se pone en movimiento. La mujer cananea no era del pueblo de Israel, pero su fe rompió barreras culturales, tocó el corazón de Jesús y liberó el milagro para su hija.
Jesús le dijo:
“Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres.”
~ Mateo 15:28
La fe que agrada a Dios es una fe que no se calla, que no negocia con el miedo y que no acepta un “no” por respuesta.
¡La fe habla, y los milagros responden!
2
La fe ve lo invisible y lo llama como si ya fuera
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” ~ Hebreos 11:1
La fe no se basa en lo que los ojos naturales pueden ver, sino en lo que Dios ha prometido.
Mientras otros ven un valle seco, la fe ve un ejército en pie. Mientras otros ven cinco panes y dos peces, la fe ve multitudes alimentadas.
La fe verdadera no espera a que todo se alinee… actúa con la convicción de que ya está hecho.
“La fe no es un salto al vacío… ¡es un salto directo a los brazos del Dios que nunca falla! No es un acto de locura, es una decisión valiente que activa lo sobrenatural. No te lanza a la oscuridad, ¡te catapulta hacia la promesa! Porque cuando la fe salta… el cielo responde.”
3
La fe activa el poder de Dios
“Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” ~ Santiago 1:3-4
La fe que no se prueba, no se perfecciona. Dios permite que nuestra fe pase por fuego, no para destruirnos, sino para refinarnos.
Cada prueba es una oportunidad para ver a Dios moverse de forma más profunda. En los hornos de la vida, la fe resiste, declara, adora… y vence.
¡Porque el Dios que prometió, no falla!
Conclusión
La fe que agrada a Dios no se esconde en la comodidad, se lanza al agua confiando en que Él sostendrá.
Es tiempo de vivir una fe que hable, que camine, que se atreva.
La fe que impacta la tierra es la que nace de una convicción profunda en el cielo.
Y esa fe, cuando se activa… hace que lo imposible se vuelva testimonio.
ORACIÓN DE ACTIVACIÓN
Padre, en el nombre de Jesús, hoy activo mi fe.
Renuncio a la duda, a la incredulidad y al miedo.
Creo que tú eres real, que tu Palabra es verdad y que tus promesas se cumplen.
Declaro que mi fe se fortalece, crece y conquista.
Me lanzo a tus brazos, sabiendo que tú nunca fallas
¡Hoy decido caminar por fe y no por vista!
En el nombre de Jesús… Amén
