Un mensaje que advierte, despierta… pero también llena de Esperanza

Querido Amigos(as):
Dios sigue hablando. Su voz sigue marcando tiempos. Y Su misericordia sigue extendiendo oportunidades… pero las puertas no estarán abiertas para siempre.
Cada generación ha tenido una ventana de oportunidad. Pero la nuestra… es quizás la última.
No estamos en cualquier hora. Estamos en la antesala de algo profético.
Muchos quieren oír una palabra que los anime, pero el cielo hoy quiere hablar algo que despierte. Este mensaje no solo es una advertencia… es un llamado urgente a entrar antes que sea demasiado tarde.
Prepárate, porque lo que vas a leer te va a confrontar, a encender y a impulsar. Vamos a ver juntos cuatro momentos bíblicos en los que Dios cerró la puerta. Y te aseguro algo: no lo hizo en silencio. Cada cierre fue un acto de justicia… pero también una expresión de amor.
CUANDO DIOS CIERRA LA PUERTA… YA NO ES TIEMPO DE CORRER
Génesis 7:16
“Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como Dios le había mandado; y Jehová le cerró la puerta.”
Dios había dado una orden a Noé 120 años antes: “Hazte un arca…” Nadie lo entendía. Nunca había llovido sobre la tierra. El juicio parecía un invento de locos.
Pero Dios esperó… pacientemente. Cada golpe de martillo de Noé era una predicación muda. Cada tablón era una oportunidad abierta. Pero llegó el día. El cielo cambió. El viento giró. Las nubes negras se reunieron.
Y Dios mismo cerró la puerta. Ya no era tiempo de correr, ni de golpear. Era tiempo de lamentar.
El arca no tenía manija por fuera. Nadie más la podía abrir. Dios no solo cerró la puerta físicamente, sino espiritualmente. Ya no era tiempo de gracia. Era tiempo de justicia.
Vivimos días donde el mensaje del juicio es ridiculizado. Pero el diluvio moderno no será de agua… será de fuego.
Y la puerta sigue abierta… por poco tiempo.
Muchos corrieron… pero demasiado tarde. Otros rieron… hasta que el agua les tapó la boca. Y sólo ocho entraron. Porque no basta con escuchar el martillo… hay que entrar al arca.
CUANDO DIOS CIERRA LA PUERTA… EL LLANTO NO SUSTITUYE LA PREPARACIÓN
Mateo 25:10-12
“…vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos. Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.”
Diez vírgenes. Todas tenían lámparas. Todas esperaban. Todas se durmieron.
Pero solo cinco tenían aceite. Ese aceite representa la comunión real con el Espíritu, la vida encendida, la fe viva, la intimidad que no se improvisa.
Las otras cinco pensaron que podían conseguir aceite a última hora.
Pero cuando sonó la trompeta, ya no era tiempo de buscar aceite… era tiempo de entrar.
La frase “no os conozco” en labios del Esposo no es por falta de información, es por falta de relación. No tener aceite equivale a no tener intimidad con el Esposo.
Hoy hay creyentes con apariencia, lenguaje cristiano, presencia en iglesia… pero sin fuego.
El Esposo no vendrá por lámparas… vendrá por lámparas encendidas. El aceite no se presta, no se improvisa, no se falsifica.
O lo tenes… o te quedas fuera. Y cuando se cierren las puertas del cielo, ni los gritos más sinceros abrirán lo que solo la obediencia anticipada podía abrir.
CUANDO DIOS CIERRA LA PUERTA… ES PORQUE LA TEMPORADA CAMBIÓ
Apocalipsis 3:7-8
“Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre…”
Jesús no solo abre oportunidades… también las cierra. El que tiene la llave de David tiene la autoridad para decir: “hasta aquí.”
En la Biblia, cada puerta cerrada marcaba el fin de una temporada.
Cuando se cerraron las puertas del templo en los días de Elí, Dios levantó a Samuel. Cuando se cerraron para Saúl, David fue ungido. Cuando Jerusalén cerró su corazón, el mensaje fue a los gentiles.
Dios cerró el cielo sobre Israel por rechazar al Mesías (Romanos 11).
Pero abrió una puerta para los gentiles. Y ahora estamos llegando al cierre de esa puerta. Cuando se complete el número de los gentiles… la puerta se cerrará otra vez.
No vivas como si la gracia fuera eterna. Cada día de vida es una puerta. Y el reloj de Dios no se detiene. El Espíritu está diciendo: “¡Entren ya!” Porque el sonido de cierre está más cerca de lo que muchos piensan.
El mismo Dios que abrió la puerta a los gentiles, la volverá a cerrar pronto. Y cuando eso suceda, el que esté dentro estará seguro… y el que esté fuera no podrá entrar.
Este es el tiempo aceptable. Este es el día de salvación.
CUANDO DIOS CIERRA UNA PUERTA… ABRE UNA DE DESTINO ETERNO
Hechos 16:6-10
“…les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia… Se le mostró a Pablo una visión: Un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.”
Pablo tenía un plan… Dios tenía otro. Él quería ir a Asia, pero el Espíritu cerró esa puerta. No porque fuera mala, sino porque no era el lugar profético. Macedonia era el siguiente destino divino. Una decisión cerrada por el cielo condujo al cumplimiento del plan más amplio.
Y así es con nosotros. Dios no cierra puertas por capricho, sino por propósito.
Cuando Él cierra, está empujándote a un lugar donde Su gloria ya te está esperando. A veces la puerta que lloras… es la que te salvó.
Desde Macedonia, el Evangelio se extendió a toda Europa. Lo que parecía una frustración… era una expansión. Una puerta cerrada generó una puerta eterna.
Tal vez hoy estás frente a una puerta que no se abre, una oportunidad que no llega, un sueño que no avanza.
No te amargues. No maldigas. Tal vez esa negativa es la protección de Dios. Tal vez esa pausa es para posicionarte para un salto mayor.
Dios no cierra para detenerte… cierra para dirigirte. Y cuando Él te mueve, no es para lo cómodo, es para lo eterno. ¡Macedonia te está esperando! Y del otro lado de esa puerta… hay pueblos clamando: “¡Pasa… y ayúdanos!”
Reflexión
Hay puertas que no volverán a abrirse. Hay oportunidades que no regresan. Pero hoy… la puerta está abierta. Y si Dios te está llamando, no endurezcas tu corazón. Corre, entra, despierta, enciende tu lámpara, y deja atrás todo lo que te mantiene tibio. Porque el Esposo viene por una iglesia ardiente, alerta y encendida.
¿QUIÉRES SER PARTE DE ESTA OBRA?
Si sentís en tu corazón apoyar al evangelista José Luis Orozco y unirte al ministerio “Si Puedes Creer”, que arde por alcanzar al perdido… ¡puedes hacerlo hoy! Estamos predicando en diferentes iglesias, a través de las redes sociales y muy pronto… en las cárceles. Puedes apoyarnos y enviarnos una ofrenda.
Todas las contribuciones se hacen a través de nuestro ministerio sombrilla Portal de la Montaña «Mountain Gateway» y son dirigidas de forma legal para el ministerio Si Puedes Creer del Evangelista José Luis Orozco.
Donaciones se hacen a través de Mountain Gateway Ministries. Esta organización está reconocida como una entidad exenta de impuestos bajo la sección 501(c)(3) del Código de Rentas Internas. Su donación puede ser deducible de impuestos conforme a la legislación vigente. No se han proporcionado bienes o servicios a cambio de esta contribución, excepto aquellos de valor insignificante según lo permitido por la ley.
